Cuando una persona sufre un problema
de salud que le imposibilita realizar su actividad laboral y no está preparado
para realizar cualquier otra, se ve inmerso en una lucha judicial que se prorroga
en el tiempo.

En muchas ocasiones una mala
valoración de la seguridad social lleva a las personas a situaciones de
vulnerabilidad e incluso exclusión social. Veamos un ejemplo: